miércoles, 6 de julio de 2011

PANAMÁ, DIVERSIDAD Y CALIDAD DE ESPECIES PARA TODOS LOS GUSTOS

















Les presentamos un completo relato de un tour de pesca en la República de Panamá con excelentes capturas.

POR MARIANO DE LA RÚA – Aquafish Argentina

Por tercer año consecutivo, un grupo de ocho pescadores de Córdoba contrataron nuevamente nuestros servicios para realizar un tour al exterior.
En el año 2008, habíamos viajado con este mismo grupo a Venezuela, y en el 2009 a Costa Rica, en esta oportunidad el destino elegido sería Panamá.
El grupo estaba integrado por 5 pescadores de Córdoba, (Jorge, Marcelo, Pachi, Néstor y Carlos), uno de Chaco (Julián), y dos de Buenos Aires (Alejandro y Gustavo), pero todos ellos amigos y compañeros de viajes de pesca.
Como la línea aérea Copa Aerlines, por la que viajaríamos, tiene un vuelo directo de Córdoba a Panamá, seis de ellos volarían directamente desde la mencionada provincia, y los dos restantes y yo lo haríamos desde Ezeiza para encontrarnos en el Aeropuerto de Tocumen sólo con media hora de diferencia entre los dos vuelos.

El operador al que contratamos hace ya tres años en este país, tiene un servicio VIP, que incluye en su gestión la recepción de todos los pescadores en el aeropuerto en donde todo el trámite de migración y equipajes queda a su cargo, mientras el grupo espera en un salón preferencial hasta la culminación del mismo.

Nuestro destino final dentro de Panamá es Boca Brava, uno de las tantas islas que hay sobre el Océano Pacífico, y para llegar hasta este lugar hay que tomar un vuelo interno de una hora de duración hacia la ciudad de David, distante a unos 45 minutos del amarradero donde espera una embarcación que nos llevará hasta el lodge.

Como el vuelo estaba programado para las 4 pm y nosotros llegamos a Panamá City a las 8:30 am, teníamos contratado un transfer que nos llevaría directamente hasta el Canal de Panamá, lugar emblemático de esta ciudad para conocer esta maravilla única en el mundo que permite el paso de los grandes barcos del Océano Atlántico al Pacífico y viceversa, que vale la pena conocer.
Luego, nos trasladamos a la zona de Cosbuer, que es una pequeña carretera que une la gran ciudad de Panamá con la parte vieja de la misma, donde almorzaríamos en un típico restaurant de la zona, para luego de finalizar nuestro almuerzo, dirigirnos al aeropuerto local para tomar el vuelo a David.

Alrededor de las 6:30 PM ya estaríamos alojados en nuestro lodge, que está inmerso en medio de la selva, y totalmente alejado de toda la civilización.
El mismo está compuesto por cuatro habitaciones de una capacidad máxima de 12 pescadores, y en la parte superior por un lugar exclusivo para desayunar, cenar y compartir al regreso de cada jornada de pesca todas las experiencias vividas.
El tour completo incluía cinco jornadas de pesca en lugar de cuatro como lo hacemos generalmente, ya que este grupo nos había pedido un día más de lo habitual.
Nuestro primer día de pesca sería el día martes y se extendería hasta el día sábado inclusive.
La metodología de este operador consiste en levantar a todos sus pescadores a las 5 AM para brindarles un suculento desayuno, y a las 6 AM se está embarcando para comenzar la navegación hasta los lugares más rendidores de pesca de toda esta zona.
Si bien habíamos elegido esta época del año, principios de diciembre para viajar a este destino, ya que es cuando la temporada de lluvias debe terminar, los cambios climatológicos que sufre nuestro planeta, nos jugó una mala pasada, dado que en nuestro primer día de pesca la tormenta que nos acompaño durante los tres primeros días de pesca fue incesante.
Desde ya que esto no fue el más mínimo impedimento para que se frustrara ninguna excursión programada, pero debemos reconocer que llego un momento que nos fastidió a todo el grupo no poder pescar en esos primeros días sin estar totalmente mojados.

En la primera salida, habíamos navegada unas 15 millas, y el mar realmente estaba muy agitado para llegar hasta el destino elegido, la Isla de Montuosa, por lo que los dos capitanes decidieron cambiar de rumbo y dirigirse hasta un lugar de una belleza increíble, las Islas Secas.
En este sitio la pesca que se realiza es la denominada innshore, con equipos más livianos, y en varias modalidades diferentes, como son el trolling con carnada viva, señuelos, y spinning y bait casting con poppers.
La variedad de especies que hay hacen que en un día de buena pesca un barco pueda llegar a capturar hasta más de 15 especies diferentes como son los cubera snapper, mullet snapper, pez gallo, macarelas, jacks, trevallis big eye, jureles, hount fish, blue trevally jack, raibow runner, wahoos, dolphing, african pámpano, etc.
Los dos barcos comenzaron realizando la pesca a trolling con carnada viva, que consiste en unos pequeños peces que el mismo operador se ocupa de capturar el día anterior para realizar esta pesca.
Realmente ese día la pesca fue mucho más difícil de lo que esperábamos, ya que las expectativas eran grandes, en uno de los barcos se capturó un cubera snapper de más de 15 kg y un par de macarelas, y en el otro barco, en el que yo acompañaba al otro grupo, lograron capturar otro cubera snapper de casi 20 kg, un jurel de muy buen porte, algunas makarelas, un african pámpano de gran tamaño, y algunos jacks.
Alrededor de las 4 PM las dos embarcaciones dieron por finalizada la pesca, para llegar a la amarra del lodge una hora más tarde.
Después de cada jornada de pesca, una vez que se llega, todos los pescadores se dan un buen baño, y el encargado del lugar nos espera con diversas comidas preparadas para picar antes de la cena que realmente son una delicia.

Como los horarios que se manejan en estos destinos son totalmente diferentes a nuestras costumbres, la cena está organizada para las 8 PM, ya que al otro día la jornada comienza muy temprano y el cansancio que el pescador acumula durante todo el día es muy grande, hace que a las 10 PM por lo general todos estén en sus habitaciones para dormir hasta el día siguiente.
En nuestro segundo día de pesca las condiciones del clima se mantuvieron iguales, pero por decisión de todos los pescadores nos dirigimos hasta la Isla de Montuosa a pesar de que el mar no estaba ideal para la navegación.
Este sitio se encuentra a unas 35 millas de nuestro lodge, que en condiciones normales de navegación se tarda en llegar alrededor de dos horas, pero que dadas las condiciones de navegación nos demando en esta oportunidad unas dos horas y media.
Las posibilidades de pesca que presenta esta isla son innumerables, ya que en todos sus alrededores se encuentran al acecho de carnadas, los marlines negros, azules, pez vela, atunes, wahoos y dolphin, y en algunos bajos cercanos especies como son los amberjack, cuberas, trevallis azules y african pámpanos que se pueden capturar tanto con carnada como con jiggs.
Para la captura de los marlines y los atunes en esta zona, es determinante poder capturar carnada viva, y la preferida de estas especies son los bonitos, por lo tanto una vez que se llega a la zona lo primero que las embarcaciones hacen es dedicarse a la captura de los mismos.
Una vez que se comienzan a capturar los bonitos, los mismos son depositados en los tuna tubes, que están ubicados en la popa del barco, y por medio de un sistema de circulación de agua se los deposita en los mismos manteniéndolos vivos para luego echarlos al agua. Por los datos que nos aportaban ambos capitanes de la semana anterior la pesca de estas dos especies había sido muy buena, así que el ánimo de todos los pescadores era óptimo.

Comenzamos haciendo trolling con tres bonitos a la vez, y luego de un lapso de más de dos horas solo habíamos tenido un pique de un delfín, que son sumamente hábiles para robar los bonitos sin tocar el anzuelo.
Nuevamente nos dedicamos a obtener la carnada viva, ya que después de un determinado tiempo los mismos se van ahogando y mueren.
Como nos estaba costando mucho obtenerlo, el capitán nos ofreció hacer jigging en un bajo que yo conocía, ya que hace dos años había pescado en este lugar obteniendo una muy buena variada.
Comenzamos con el jigging e inmediatamente tuvimos respuestas con bonitos de muy buen porte, que nos aseguraba la carnada para más tarde poder seguir en busca de los grandes marlines y atunes, pero entremezclados con estos pudimos obtener un amberjack de más de 18 kg, y varias cuberas y african pámpanos.
Por la radio el otro capitán de la segunda embarcación nos informaba que estaban pegados con una dupleta de atunes de muy buen porte a solo una milla de donde nos encontrábamos nosotros, por lo tanto partimos raudamente hasta donde estaban ellos y comenzamos a trollear nuevamente con la carnada viva.

No habían pasado más de 15 minutos y una de las canas de 50 libras tiene una corrida fenomenal, el capitán acelera el barco a toda máquina y el marinero cierra el freno del reel para clavar un inmenso marlín negro que pega unos saltos descomunales.
El turno le correspondía a Julián, que con la paciencia y tranquilidad que lo caracteriza comienza a trabajarlo lentamente hasta que luego de alrededor de una hora lo arrima a la embarcación.
El capitán aseguro que tenía más de cien kilogramos, y como en este país el cuidado que se tiene con esta especie es mayor que en otras partes del mundo, sin lastimarlo y en el menor tiempo posible el marinero logro sacarle el anzuelo de la boca, pudimos hacer algunas fotos del mismo en el agua antes de su liberación.
Para entonces ya eran las 3:30 PM y nos encontrábamos a más de 35 millas de nuestro lodge, así que la tripulación dio por finalizada la jornada de pesca para partir a nuestra base de operaciones.
Del otro barco nos informaban que habían capturado dos atunes de más de 90 kg y otro marlín negro de similar porte, así que ellos estaban más que conformes con la pesca de ese día.

En el tercer día de pesca las condiciones meteorológicas seguían de la misma manera, lluvia constante y marejada, pero la tripulación no dudaba en repetir la pesca del día anterior, así que decidimos la noche anterior dirigirnos al banco Hannibal Bank, a unas 47 millas de nuestro lodge y muy cercano a la Isla de Coiba, un lugar emblemático para la pesca de grandes marlines y atunes.
Luego de tres horas de navegación llegamos al banco y la sorpresa fue que en el mismo estaba plagado de bonitos, solo en dos pasadas cada barco obtuvo 7 del tamaño ideal para la pesca de los grandes.
Nuestra embarcación tuvo un pique de un marlín negro a los 40 minutos de comenzar la pesca, pero este logro zafar del anzuelo perdiendo el pique.
Si bien había mucha carnada a diferencia de la isla de Montuosa en la que habíamos estado el día anterior, la ansiedad creo que nos jugó una mala pasada, y la decisión de ambas tripulaciones fue movernos de este lugar hacia la isla de Montuosa distante a unas 14 millas.
Para ese entonces el mar había mejorado mucho y la lluvia había cesado, así que en solo 40 minutos estábamos nuevamente en el sitio del día anterior apostando a tener la misma suerte, pero esto no fue así.
Nosotros en nuestro barco, tuvimos un pique violentísimo de un tiburón toro, especie de escualo de las más agresivas en el mundo entero.
El turno le correspondía a Marcelo, pescador más que acostumbrado a la captura de tiburones, por su amplia experiencia en la Argentina en la pesca de esta especie, ya que desde hace muchos años la práctica , así que muy prolijamente y con paciencia lo peleo hasta lograr acercarlo al barco después de más de 45 minutos, pero cuando su silueta comenzó a vislumbrarse este soltó el anzuelo logrando su liberación.
Por lo que todos pudimos ver, el tamaño que tenía era enorme y hubiese sido muy difícil poder acercarlo más al barco.
Ese día fue sumamente complicada la pesca de los grandes , antes de partir de regreso realizamos nuevamente jigging en un bajo, obteniendo no menos de 20 bonitos, un pargo silguero que demando más de 30 minutos de lucha, varios cuberas, y un par de african pámpanos. El otro barco tuvo menos suerte, ya que solo capturo un dolphin.
En nuestro cuarto día de pesca, repetimos el mismo lugar que la tarde del día anterior, la Isla de Montuosa, ya que hasta ese entonces las mejores capturas de marlines y atunes las habíamos tenido ahí.
Creo que acá en donde nos equivocamos los dos grupos de pescadores, tratando de seguir insistiendo con los grandes, cuando la realidad era que la pesca en esos días era mas fructífera en otras modalidades como el jigging o el spinning y de otras especies que con equipos livianos dan tanta o más pelea que los grandes.

Pero la realidad es que no a todos los pescadores les gusta la misma pesca, y todos siempre quieren capturar a los peces de mayor porte.
Ese día vimos a los delfines que siempre acompañan a los atunes, pero no tuvimos un solo pique de esta especie.
Como esta es una isla que no solo le da al pescador la posibilidad de capturar marlines, velas y atunes, ya que muy cerca de la misma hay varios bajos que tiene una gran cantidad de peces de diferentes variedades, decidimos en uno de los barcos hacer jigging, y nuevamente hubo capturas múltiples de pargos lisa, cuberas, bonitos, pámpanos, jureles que divirtieron a todo el grupo.
Nuestro último día de pesca definió muy claramente que una parte del grupo quería insistir hasta las últimas consecuencias con la pesca de los grandes, y uno más pequeño decidió hacer una pesca inshore en las Islas Secas.
Un barco salió con cinco pescadores directamente aguas adentro para probar suerte por última vez con los marlines y atunes, y en el otro barco Pachi y Marcelo decidieron salir junto a mi ya que Gustavo ese día prefirió quedarse en el lodge a descansar hacer la pesca inshore a solo 14 millas de la costa.
Creo que fue la decisión más acertada en todo el tour, ya que la pesca que tuvimos fue una de las mejores de todo el viaje.
Comenzamos a realizar trolling bien pegados a las islas que son más de treinta en este lugar con carnada viva, a los treinta minutos ya tuvimos el primer pique de la jornada, un roosterfish de 35 kg que Pachi con gran paciencia lo trabajo por más de 40 minutos, hasta poder arrimarlo al barco, hacer las fotos de rigor y liberarlo. Al rato la suerte fue para Marcelo, con otro roosterfish de más de 25 kg.
Mientras ellos realizaban esa pesca yo en la proa de barco disfrutaba de una de las modalidades que más me apasionan en estos destinos, el spinning con poppers de gran tamaño. Si bien es una pesca muy cansadora, los resultados son excelentes, ya que las capturas de jureles, jacks, gallos, trevallys, y jureles azules son excelentes por la lucha que estos demandan y porque uno puede ver cundo los mismos atacan a los señuelos en superficie.
Ese día debimos haber tenido más de 40 piques en toda la jornada, en todas las modalidades, quedando demostrado que la variedad de especies y modalidades a realizar en esta zona es única.
La otra tripulación como se dice vulgarmente murió en la suya, intentando con los grandes que en esta oportunidad no se dieron.
Como conclusión final de este nuevo tour, en lo personal considero que Panamá sigue siendo uno de los mejores destinos para la pesca, tanto de grandes como de diferentes variedades de especies, pero para aprovechar al máximo todas sus posibilidades hay que saber decidir los momentos de cada una de ellas para sacarle el mayor provecho posible.