Desde Mar del Plata nos llega un relato de una excelente pesca de chernias y otras especies a bordo del “Raptor”
POR ESTÉBAN ARCIDIÁCONO – Corresponsal en Mar del Plata
Junio es un mes de transición. La pesca está, pero puede ser tanto abundante como escasa. Tal vez donde decidamos apuntar no sea el lugar apropiado, justamente porque los peces en esta época se mueven de fondo en fondo. Es recién llegando al mes de septiembre, cuando se acarduman nuevamente y “viajan” juntos a los bancos cercanos para desovar.
Como es mi costumbre y especialmente bajo estas circunstancias, decidí explorar una serie de piedras que no había relevado en este año, no iba a ellas desde julio del 2010 (prácticamente un año) Esas piedras estaban pobladas de chernias en ese entonces, y recuerdo haber hecho unas cuantas salidas hasta que no las pescamos mas y cambiamos de lugar.
La idea en esta ocasión era revisarlas a todas ya que el grupo de pescadores presentes en este relevamiento habían reservado el barco en forma exclusiva para tratar de capturar las chernias, a las que nosortros llamamos ”perlas azules” del Atlántico.
Así que expliqué a todo el grupo que iríamos a buscarlas donde sabemos que podrían estar, pero que obviamente no podía garantizarles que allí estuvieran por lo mencionado al principio de la nota.
Emprendimos la partida y luego de casi 4 hs. de navegación en un mar inmejorable, llegamos a la primera piedra y me sorprendió ver en la ecosonda, la marca que indicaba. Largamos los aparejos y al llegar al fondo tuvimos impresionantes piques con respuesta inmediata. En el primer intento, obtuvimos 6 chernias que subieron al Raptor…todo algarabía!!!!
En un clima festivo fuimos recorriendo algunas de las 26 piedras que tenemos ubicadas en la zona, solo pudimos revisar 9 ya que en todas hallamos las “perlas” que habíamos ido a buscar, capturamos un total de 28 chernias y obviamente, también obtuvimos ejemplares de sus compañeros de fondo (salmones, meros y besugos)
En el transcurso de 2 horas y media completamos el cupo de pesca y emprendimos el regreso. Por mi parte, muy feliz por haber cumplido con lo pactado y por volver a corroborar que a esta especie cuando le gusta un fondo siempre vuelve a poblarlo.